Indudablemente una de las mejores cosas de Argentina, fue conocer a los pingüinos Magallánicos. En Punta Tombo pudimos caminar entre ellos, y recibir alguno que otro mordisco también.
Con Gaby la identificación fue tal, que paso gran parte de la vista entrenando a los pingüinos para que movieran la cabeza al unísono con ella. –Bueno, en realidad, los pingüinos no pueden enfocar bien, así que mueven su cabeza para poder enfocar mejor el objeto de estudio. Gracias Paula! Por darnos este maravilloso regalo y poder conocer a estos divertidos nuevos amigos.
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